Fiesta de La Tirana: una oportunidad de educación patrimonial

La TiranaEl pasado 16 de julio no sólo se conmemoró a todas las carmenes de Chile, en honor a la Virgen del Carmen, ese día tuvo lugar una de las fiestas religiosas más jubilosas y masivas de Chile: La Fiesta de la Tirana, patrimonio cultural inmaterial de importancia religiosa, folklórica, artística y popular.

La Tirana es una pequeña población en la comuna de Pozo Almonte, pero enorme en su historia en la religiosidad en Chile,  para esta festividad, recibe a cerca de dos centenares de agrupaciones de baile y una población que rodea los 200.000 visitantes por unos días. Gente que, desde distintos lugares de Chile y otros países, llega a saludar y alabar a la Virgen de las Vírgenes al desierto más árido del mundo, en una festividad que mezcla colores, bailes y cantos y que la convierten en una experiencia cultural única e irrepetible.

Diversos grupos de baile ensayan todo el año sus coreografías aumentando con ardor su entrega en los 90 días anteriores a la Fiesta y elaboran, con gran dedicación, sus trajes y máscaras para ejecutar de mejor manera sus actos en honor a la Virgen. Mismos bailes y cantos que dan vida a buena parte de la cultura y folklore popular del Norte Grande de Chile.

Esta manifestación de piedad popular en Chile tiene su inicio en una leyenda del siglo XVI, pero es durante el siglo XIX, debido a la fuerte migración de habitantes de la zona central a los territorios salitreros, es que su culto se hace más ferviente. La celebración de la Fiesta de La Tirana se convierte en un referente para la religiosidad de los obreros del salitre, enfrentados a una zona inhóspita y ajena a sus lugares de origen. Así nace La Tirana como “la Capital de la Fe del Norte de Chile”. Hoy miles de trabajadores viajan kilómetros  con su mixtura cultural y despliega el encanto de vivir la identidad desde su fe.

La Fiesta de La Tirana constituye una oportunidad educativa única para aprender de su sincretismo religioso y artístico, donde confluye el trabajo cooperativo de distintas disciplinas como las artes visuales y musicales, la historia, lenguaje, religión y geografía, además de poder ser testigos de la conservación de la memoria y el patrimonio inmaterial.

Los bailes religiosos, el colorido de los trajes, los instrumentos, melodías y cantos son atributos dignos de estudio. No solo hablan de la memoria oral viva de un pueblo, que ha traspasado distintas generaciones, sino de valores propios del proceso educativo, como son la promoción del respeto, aceptación y entendimiento, a través del trabajo conjunto que cada año se revive para saludar a la patrona de Chile, entre la pampa y el firmamento celestial.

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