Las Fiestas Patrias 2020 serán recordadas en la historia de Chile. Serán las primeras (y, ojalá, las últimas) que habrán sido conmemoradas en plena pandemia, sin posibilidad de realizar celebraciones públicas y masivas, sin imágenes de ramadas, ni rituales por la memoria de quienes han construido este país.
Sin las clásicas actividades, ¿qué nos puede quedar de patrimonio patrio? Esta reflexión me retrotrae a hace justo un año atrás cuando, en otra columna sobre el 18, planteaba que el patrimonio cultural residía en las personas. Es decir, los chilenos y chilenas constituían el patrimonio más importante de Chile, entendida como nación.
En este 18, que nos sorprende en una situación de crisis sanitaria, cobra especial sentido este concepto: el patrimonio primordial son las personas. Así, todas las experiencias vividas estos últimos meses nos llaman a reflexionar sobre el significado profundo del patrimonio. Sin bienestar ni una salud integral no existe chance para la construcción del patrimonio cultural, ya que éste nace desde las personas, con toda su riqueza multicultural, social y étnica. Y algunos por su irresponsabilidad sanitaria están dañando irreversiblemente el patrimonio humano.
Ante la falta de festividad pública, estas Fiestas Patrias serán una oportunidad para recordar y rescatar las tradiciones que existen al interior de las propias comunidades, ya sean familias o grupos afines. Historias, recuerdos, costumbres, sonidos, gastronomías y bailes que son parte del patrimonio cultural de cada uno de nosotros y que hoy viviremos en la intimidad de nuestros hogares, como un tejido que se reconstruye con apego y paciencia para mostrarlo a las nuevas generaciones.
Al espacio íntimo, además, llegarán también las re-masterizadas ramadas, en formato virtual. Al igual que el trabajo, el colegio o la universidad se tomó nuestros hogares, la celebración dieciochera más emblemática pasará de lo público a lo privado, en un ejercicio artístico hasta ahora inédito en la historia. Así, muchos tendrán la posibilidad de ver, cantar y bailar con grupos, actores, cantantes y músicos emblemáticos de las Fiestas Patrias en la comodidad de su hogar.
Las ramadas virtuales son, también, el símbolo de la asociatividad entre artistas muy diversos que, ante la dificultad económica que ha vivido este gremio debido a la pandemia, han logrado unirse para seguir esta tradición artística y musical durante las fiestas.
No sabemos muy bien, a ciencia cierta, como viviremos estas Fiestas Patrias. Como todo ha sido en esta pandemia, el resultado del encierro dieciochero es una incógnita. Un desafío para reconstruir nuestras costumbres y actividades que forman parte del patrimonio cultural de nuestro país y darnos un tiempo para conversar en comunidad el Chile que queremos construir desde el 25 de octubre.
El Rancagüino, La Estrella de Arica, El Diario de Atacama, Diario Austral Región de Los Ríos, La Prensa de Curicó